Fran Garrigós abre el café con leche con el bronce de la paz
Con el bronce colgado del cuello y una voz mediática, Fran Garrigós trabajó para explicar sus sensaciones. A él le ha tocado abrir la lata, romper el cascarón. “Da mucha alegría será el primero, y encima el primer día, aunque espero que no tardemos en llegar muchas más”. La primera medalla de la delegación española en París elevó su número, el jugador que participó en París con la victoria de favorito tras proclamarse mundialista y mejor deportista español de 2023. Con estos antecedentes tampoco para él, el evento oculto que llega a oro, pero incluso si la presión es menor, asegúrese de que el bronce que encontró tenga el mismo brillo.
Garrigós sufrió el podio en la primera jornada oficial tras el incidente del pébetero tras perder su prórroga ante el georgiano Giorgi Sardalashvili, su sucesor se encuentra interinamente como primer judoc de la categoría -60 kilos. El español, que había caído eliminado en la primera de sus anteriores experiencias olímpicas, en Río y Tokio, se sacó la espina dorsal y consiguió la séptima medalla del judo español, la segunda en categoría masculina tras la conquista de la plata de Ernesto Pérez Lobo en Atlanta 96. Duró 24 años. “Es mala racha es historia”, aseguró el nuevo medallista. «Espero que esta medalla haya aportado mucha energía al resto del equipo».
“Es un día para estar muy feliz. Le siguió uno de los niños que tenía un pequeño, incluso otro color”, aseguró el madrileño, formado familiarmente en Móstoles y deportivamente en Brunete, en el dojo de Joaquín Ruiz Llorente, Quino. En ese momento, el primero comenzó a dar por finalizada su participación, y además, entre otras cosas, consagró la medalla.
En el esperanto grada también por su brazo Manoli y Paco, sus padres, y su nueva Ana, subcampeona mundial en 2020 en este mismo expulsada. Es sobre todo él quien conoce el difícil camino que ha recorrido para llevar a Fran a la medalla, sobre todo después de esta dolorosa derrota en la primera vez en Tokio, donde se encamina hacia altísimas expectativas. Sólo hay un trabajo mental profundo que le impide darse por vencido antes de tiempo. Hoy ya sabes que qué hubiera perdido de haberlo hecho.
Garrigós llegó al oro tras un ciclo olímpico el caso perfecto que le proclamó campeón del mundo en 2023, pero un error en la prórroga de la semifinal ante el corredor Yeldos Smetov ya le tenía con una pequeña bonificación. Hubo un jarro de agua fría tras un buen comienzo en el que superpuso a los bravos sus dos primeros combates del día, suficiente para no perder la caza de las medallas.
Para la madre Fran ha absorbido los nervios ante el belga Jorre Verstraten. En su cabeza, son inevitables estas derrotas en Río y Tokio. Pero seguí la lección de aprendizaje. Los rivales, uno a uno, no piensan en medallas. Así que todo es más Sencillo.
No es fácil para la belga, que se encontró en una ronda anterior y se dirigió hacia los músculos calientes. Exige antecedentes a Fran, aunque esto no sea suficiente para perder la composición. “Primero siempre es el pueblo combatiente”, prometió al Sur tras esta primera explosión y sin tiempo de recuperarse antes de afrontar la segunda invitación. “Él cometió errores por mí, conoció cada vez mejor”.
Lo demostró, es cierto que está en contacto con el japonés Ryuju Nagayama, que nunca ha sido destruido. «Voy a hacerlo mucho mejor a partir de hoy, es verdad», vaticinaba el periodista Alejandro Blanco, presidente del COE y exjudoca, presenta en el pabellón acompañando a la ministra Pilar Alegría. Posteriormente se unieron con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado de su esposa.
Fran salió más agresivo, más convencido de sus posibilidades. La iniciativa se lanzó y su premio a los tres minutos de combate, cuando su rival se alejó hasta un momento con un “Katate jime”. Ippon y tus puntos finales. No es el caso del asiático, que se negocia a mano en español y dura varios minutos sobre el tatami solicitado para su derrota. Quizás se lo importé a Garrigós, que se fue al vestuario esperando las semifinales. También es importante importar a tus redes sociales las décadas de mensajes que enviaste a Japón, acusándote de mal judo. .
Lo lancé, pero cometí un único error en ese momento, durante la prórroga de tu pelea de semifinales ante Yeldos Smetov, que luego consiguió el oro. “Se cayó y me estrangulé en el suelo”, lamenta. Sin demora en lamentarse, se plantó nuevamente en el tatami para enfrentar a Sardalashvili.
Unos minutos antes, en la misma situación, su compañera de entrevista Laura Martínez solía perder su bronce con la francesa Shirine Boukli. Pero en tu cabeza no podrás entrar en malos pensamientos. Garrigós se encontró mentalmente a los gracias y en ocasiones al georgiano con un Waza-Ari jaleado por el pabellón. El trabajo estaba terminado.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!