Craviotto, la proa de España

Ahora has compartido este honor con David Cal, otro referente en tu disciplina. El gallego canoísta se presentó en Atenas 2004 con un oro en C1 1000 y una plata en C1 500. También lo consiguió en Pekín 2008, donde levantó los platos en estas mismas pruebas. El de Pontevedra aseguró su cuenta en Londres 2012, con un nuevo cuadro en el C1 1000.

Craviotto viajó a Beijing, oro en K2 500, siguió a Londres, plano en K1 200, hizo la apuesta en Río, oro y bronce en K2 200 y K1 200 e igualó a Cal en Tokio, plano con la misma tripulación de K4 500 con quien grabó la sexta. Una lista completa de logros con cinco títulos mundiales y tres títulos europeos, además de numerosas medallas internacionales. Y con ello, también será el único jugador olímpico español en subir al podio en cinco partidos distintos. Hasta ahora nunca se había visto un ejemplo de consistencia y longevidad.

“Valoro ha estado en cinco Juegos Olímpicos, celebrados durante tantos años entre ciclismo y ciclismo, y ha estado ansioso por hacerlo realidad todo este tiempo. No importa el número de medallas”, se sitúa en la zona mixta, recoge el resultado y desintegra los músculos. “Hay deportistas que aspiran a tres, cuatro o cinco medallas en cada ciudad olímpica. La nación, la piratería… Y es deportado al que es el único que puede vencer. ¿Quién es mejor? Pues yo no lo sé. Los rankings no me gustan.

La carrera de Craviotto no existe para alguien como su padre, Manuel. Con él, un navegante llegó al bullicio de Sant Llorenç cuando él era un bebé, con la piratería atada con una guardia al cuidado de su antepasado. Sólo uno de los dos lo aprendió, pero fue el inicio de una exitosa carrera que le llevó al CAR Madrid en apenas 15 años. Posteriormente, opositores a la Policía Nacional se pronunciaron y llegaron a Gijón. Todos sabemos que si se disputaron sus primeros jugadores su entrenador, Miguel García, y también el palista, Carlos Pérez Rial, «Perucho», que no sólo fue su compañero de kayak, sino también su compañero de patrullando por las calles de Gijón y les mando. Llega tarde a la banda de El Molinón. El embalsamamiento de Trasona se convirtió en su segunda casa, el lugar donde preparó la conciencia de estos debuts olímpicos, y lo poco que contaba con el que iba a hacer algo positivo. No es posible subir solo al podio, aunque alcanzara lo más alto, al mismo tiempo que sus años de hegemonía alemana en este estudio.

Gracias a su inesperado debut, Craviotto puede volar al cielo y ser expulsado. Para tus segundos juegos, probaste la aventura en solitario y la distancia más corta, mientras que en Río pasaste por la treintena, lo que te puso lo más difícil: sufrir dos veces el podio. Como siempre, salió airoso. Ganó el oro en el K2 200 con Cristian Toro y sólo dos días después ganó el bronce en solitario, nuevamente en el K1 200.

Convertido en una leyenda de su disciplina, con cuatro medallas, su vida es una nueva vuelta. Recibió un reconocimiento masivo, además de más Patrocinadores, su participación en «Masterchef»… Craviotto es un veterano de la familia y múltiples ocupaciones fuera del deporte, pero el pirata tiene un tono de retorno que ofrece. Es uno de los elegidos para cumplir con el K4 500 que debe participar en los juegos de Tokio, equipo élite en el que también participan Marcus Cooper, Rodrigo Germade y Carlos Arévalo. Cuatro superdotados que cayeron en el dinero con un año de regreso por pandemia, el tiempo que Craviotto demostró para reintegrarse a la policía, destinado a la Unidad de Prevención y Reacción de la Brigada de Seguridad Ciudadana en Gijón. Estos juegos te darán una alegría extra para convertirlos en abandonar la delegación.

El resultado positivo de esta experiencia, que funcionó bien en todo el barrio, así como la proximidad a París, en apenas tres años de ciclo olímpico, me invitaron a continuar el proyecto. Así es, y el resultado ya es satisfactorio. “Una medalla de bronce me da la gloria”, asegura. “En el 400 iba ya picando pala, mojando sin metro fuerza. Por mi parte, ya llegó a su alma mater en la piragua. Tengo una última canción.

Craviotto sólo ha ganado dinero una vez, pero no dice que haya sido en sus últimos juegos. “No voy a pasar toda mi vida en la ‘piragüina’. Tiendo a decir algo hoy, pero quiero pasar por el proceso de análisis y ver qué sucede. La realidad es que físicamente estoy bien, tengo el privilegio de vivir esto, de ver a mis padres disfrutar de la felicidad en el aula. Igual aguanto un año más o lo dejo. Este ciclo fue muy bueno y me ayudó durante tres años. Mis compañeros de K4 son todos mis hermanos. Los quiero mucho, ha habido muy buen rollo. Ha sido maravilloso”.

Ahora sólo quiero tomarme unas largas vacaciones, disfrutar de mi esposa y mis tres hijas y meditar en lo que quiero. Hay medallas en el culo, porque la decisión no puede ser mala. “La canoa quiero está a cincuenta kilómetros de mí. Quiero estar de vacaciones, desconectar, pasar tiempo con mis hijas. Tenía armas en casa con ellos, lo cual es normal en un padre. Se lo merecen”.