Presagios, medallas y sombreros.

Hay deportistas que quieren preselecciones y deportistas que quieren chapas. Me encanta saber que piensa mi amiga amiga Alex Grijelmo en todos los aspectos. Aquí, además de un enorme lingüista, gran protección de la gloria. Cervantinaselección nacional de fútbol de editores. Los más redichos seguramente dirán preseas. La calle tiene llamas medallón, y el barrio, en tono cheli, tiene chapas dados. También puede ser que la promesa sea en oro, la medalla en plata y la cabeza en bronce, ordenanzas de manera muy mía, la mar, son muy absurdas. Siempre usas la medalla de la medalla, para esto siempre asegúrate de que el símbolo sea presea o qué es, qué es esto, qué es el fino o qué es el cheli.

Un ejemplo, para mí, con todo el valor infinito que tengo para mis embajadores, y con todo el respeto que impongo al tema, Botín Y Trittel han ganado a presea en vela, y Pau Echaniz Gané una chapa en hacking de eslalón. De valor indestructible ambas, pero una es presea y otra es chapa. Otro estudio de mi pensamiento absurdo.

Y un claro ejemplo de medalla de plata podría ser la María Pérez, Más de 20 kilómetros de caminata. La medalla de toda la vida es una famosa marcha española que siempre oscurece y oscurece hasta nuestro nosotros mismos, una quinta marcha que poca gente practica en Españay que tanísimas alegrías nous ha dado.

Las palabras también sirven para muchos juegos. Somos los mejores en eso. Sigo el idioma mucho más que el deportado. Tengo mi lenguaje para abarcar todas las cosas y disfruto jugando con las palabras. Por eso podemos pensar detenidamente en este tema que hoy conocemos, los temas más lingüísticos que los deportistas tienen a su disposición. nadal Y Alcaraz jugar en la vida de otro día en Parísen la cabaña tienes rafa allí, el Philippe Chatrier de Roland Garros.

Espero sinceramente que de los aproximadamente 2200 partidos que jugó Nadal en esta pista milagrosa, en esta cabeza de nuestro cuerpo, los 5 que ganaron Djokovic el otro dia en la parte de Juegos Olímpicos Hay más emociones de las que ve todavía. Gracias sobradamente, por lo menos, una chapa. ¿Oh, no?