Carlos Alcaraz realiza una prueba de energía en el exigente doble examen final

En la final de este año 2024, hace 21 años, celebrará el título en Roland Garros, Wimbledon y la medalla de plata olímpica, y tendrá la oportunidad de demostrar en la pista que todas las palabrerías de 2023 calaron en su progreso. “Ven aquí con el objetivo de ganar. Quiero sumar este título”, exponía recién aterrizado en Turín siempre convencido de que lo puede hacer, que ha demostrado que ha hecho todo lo posible para dejar constancia de lo que se propone. Para el tenis y la mentalidad: “Aprende mucho de este curso. Ciertas derrotas fueron dolorosas. Sé más como persona y como jugador lo que tengo que hacer, por dentro y por fuera. No basta con conseguir los objetivos en la pista, sino también conseguir que los días libres dispongan de los días necesarios antes de los torneos para prepararse lo mejor posible. Eso dices, sé profesional en todo. El palo de Ferrero que quiere convertirse en una virtud más.

Otro cambio de superficie

“El año pasado fue un final de año difícil para mí. Los últimos dos partidos aquí han sido muy buenos, pero en los dos años y tres torneos anteriores no he jugado a mi nivel más alto, además mi conocimiento de eso ha cambiado un poco en esta época del año, como lo hizo hoy”. Luego anunció. Sin olvidar que este noviembre es grande, después de Turín puede haber otro objetivo y de los grandes: llevar a la selección española a conquistar la Copa Davis. Un doble regreso a casa después de unos meses de líos.

Las palabras, sin dudarlo, tenderán a referirse a la primera semana en el Inalpi Arena. En otra pista completa lo que tiene que hacer en la carretera tras pasar la hiperrápida París-Bercy con no muy buenas sensaciones: perdió en segunda ronda ante Ugo Humbert entre las preguntas de los constantes cambios: «Cuando jugué el primer partido salió el Estadística cuál fue la pista más rápida del circuito en Masters 1000. Es un descubrimiento. No es cierto que cambiara tanto de un torneo a otro.

Una breve fase de adaptación que también se desarrolla durante la Copa Maestros. En un intento de remediar la brusquedad de las condiciones, Ferrero instaló la pista turca del año pasado en la sede de Villena. “Es más lento que el año pasado, pero también muy rápido”, advirtió Daniil Medvedev tras perder con Taylor Fritz.

Pero sabe que Alcaraz es quien lo resume todo, porque el sol es el mismo para todo y lo que de él depende está en su mano. Ya ha habido partidos igualados que no nos permitieron ganar ni un solo set a nuestros compañeros del torneo: 6-3 a Zverev, 7-5 a Medvedev y 6-4 a Fritz. Es también el caso del brasileño Juan Carlos Prado Angelo, de 19 años, que se puso manos a la obra con su “sparring”. Una vez superados los dos años, Alcaraz es ahora el referente de quien lo aprende, lo encuentra en su interior.

Para hacerlo más grande, seguir con el esfuerzo en esta Copa parecida a un Grand Slam y que tantas dificultades tiene para aguantar entre los españoles. Al final del calendario, la superficie rápida y el juego comprimido bajo la tecnología siempre han complicado los negocios y permanentes como los singulares “maestros” Manuel Orantes (1976), Álex Corretja (1998) y Garbiñe Muguruza (2021).

Hoy iniciamos el camino hacia la gestión de relaciones con Casper Ruud (25 años y 7 días del mundo), que arrancó en las cuatro ciudades anteriores (antes de las 14 horas, Movistar+); en sesión nocturna, a las 20.30 horas: Zverev-Rublev.