Jéssica Vall, esposa de la educación
“¿Y si fuera defrutado? Hay un mes que no está clasificado ni clasificado, además de no disfrutar cada hora. Pocos nadadores pueden decidir que sus triples semifinalistas olímpicos en el mismo año«. Con esta expresión expresada en la perenne sonrisa que caracterizó sus décadas de trayectoria, define Jessica Valle tu última experiencia en un juego, tu tercerouna vez terminado en Arena de La Défense su participación en la prueba que supo sublimar de principio a fin: el 200 metros de braza.
Décimosexta en París 2024, decimotercera en Tokio 2020 y décima en Río 2016 (también donde decimosexta en los 100 braza), el catalán siempre ha sabido estar entre los mejores. O, mejor dicho, ha sido uno de los mejores. Porque tú medalla de bronce mundial en Kazan 2015 y yo tres medallas continentales (más grupo corto) no se puede convertir en una de las mayores capitales de la historia del deporte español. ¿Y ahora qué haces? Ésta es la pregunta necesaria y obligatoria, eres un inconveniente. No para ella, mejores emociones, bromo con expresión seria y acompañado de una mitad de expresión para llorar una lágrima viva. Pero, sobre todo, lanzo un alegato necesario.
“A quién le gusta jugar a estos juegos”, sugiere. «No es posible que en 2028 sea Los Ángeles, pero ahora no es momento de pensar en los jubilados», Avisa, aunque acto seguido admite que “seguramente lo será en un futuro próximo«. Y ahí es donde surge el Fighting Valley, tanto como dentro del agua: «Quiero dejar claro que no será para la edad. Es algo que hace que el tiempo vuelva”, proclama, cuando el arrepentimiento ya ha pasado a sus manos de sus zapatillas deportivas, el chándal veste de la selección española y tiene la acreditación. Brilla, porque sentirse conmovido. Solloza. Y respira para empezar la carrera y empezar tu elogio de la edad.
“Hay mtareas domésticas para hombres jóvenes pero en la sociedad hay que intentar que la gente mayor sea también su utilitaria sienta. Como referentes que tenemos en el deporte, están bueno que hay personajes veteranos en el alto renderizado. Creo que necesito ayuda», sugiere, añadiendo a su confianza: «Tuvo la oportunidad de contactar con un club muy grande (el Club Natación Sant Andreu) y una federación catalana detrás apoyándome, además de un emprendedor con experiencia internacional (Jordi Jou). Pero hay mucho talento mayor que se pierde porque no han contactado con las condiciones condiciones«, quejarse.
“Aúnque me jubilarás en un futuro próximo, Hay que abrir la puerta donde hay dos sistemas de trabajo, uno para jóvenes y otro para alcaldes«, entonces, para el organismo o autoridad competente que quiera recibir el mensaje, lo ofrezco como ejemplo de longevidad deportiva para Rafael Nadal o conciliación con la maternidad a Ona Carbonell O Ana Peleteiro.
Y, por así decirlo, las demandas de indemnización por parte de la justicia deberían terminar, una más. Y en voz alta, refiriéndose de nuevo a Jou. “Lo que se ha quedado en el tintero es poder ganar una medalla olímpica con un emprendedor español, porque el talento está en casa, sólo hay una confianza»,Zanja. Eso sí, Jéssica Vall tiene 35 años. ¿Y qué es eso?
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