Julián Álvarez saluda a un Atlético vulgar

Julián Álvarez saluda a un Atlético vulgar
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Salta Iago Aspas al cesped de Balaídos para disputar su partido 500 con la camiseta del Celta. Una frase que no explica la importancia de Moaña para el club de su vida, y que, sólo las lesiones, pueden transformarlo en el jugador que más veces ha vestido la camiseta celeste. Enfrente, el Atlético de Madrid de Simeone, que por primera vez pone a disposición de su hijo Giuliano, se encuentra en el camino donde se encuentra frente a Lino o Riquelme.

Precisamente en su espalda está Claudio Giráldez una mina que explota, de quien realiza sus investigaciones más peligrosas en la primera etapa. En la primera oportunidad de la noche, Manquillo cede un gran balón a la marca de Carreira, que ya ha llegado al argentino, y el galés regresa a Swedberg, que no ha podido tocar el balón.

El complejo rojiblanco, capaz de generar posesiones largas, se limita a querer salirse de contrato y beneficiarse del balón parado. Lo recibió amablemente por enviar a gran parte de la clase de Koke en gran medida a los primeros partidos de Griezmann, pero la falta del equipo y la intervención de Guaita frustraron la marcha de los francos.

En el buen fútbol, ​​llama la atención del espectador el tenso duelo entre Borja Iglesias y Reinildo. Tienes cinco acciones en 45 minutos, con el resultado de que una de las dos termina en las pretensiones de Césped en la universidad. Uno de ellos, con tendencia mozambiqueña, obligó a Simeone a imprimirse en su zona técnica para apresurarle levantarse.

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El zaguero colchonero se convierte en el mejor de los suyos, multiplicado para ayudar a un sobrepasado Giuliano. Mientras que el Panda, sin su compañero de noche, se alía con Iago Aspas para aprovechar la mejor oportunidad de la primera parte. Recibe el Santiago del Capitán Celeste en la región, montado por cuatro camisetas rojas, y por tanto, le devuelve el balón a Moaña, quien busca con un potente desaparecer por el lateral izquierdo de la portiería. Pero lo evité con un periodo impresionante, cotidiano para el amante, en definitiva extraordinario.

Si bien llevaba 45 minutos sin disparar en solitario, Simeone resistió el trabajo de su equipo durante el paseo por el vestuario. Los equipos cambian de bando, pero la dinámica se mantiene, lo que hace que el argentino sustituya a Koke por la entrada de Julián Álvarez. Juntar a los tres delanteros no tiene resultados y, pocos minutos después, entran De Paul por Sorloth. Entre medios, Oblak vuelve a salvar a los suyos. La carrera tiene un buen centro desviado de Swedberg con contacto tempranero sorteando a Borja Iglesias, que remata hacia Bocajarro, centro del Fortune del Atlético, que sujeta el esloveno.

La entrada a la antigua ciudad, empeñosa en sus canteras, retoma levemente el ataque del visitante. Pero el peligro lo siguen llevando las camisetas celestes. Durante la entrada de Riquelme por Giuliano, el Celta se queda en su banda al límite. Javi Rodríguez saldrá así a línea de fondo y centrará al Panda que, molesto por Le Normand, se ha convertido en un acrobático acompañante que, al contacto con la piedra de los francos, es atrapado por Oblak.

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80 minutos después, el Atlético justificó el título de Guaita con su primera derrota entre ambos equipos. Riquelme jugó su clásico en la final con un tiro de palo corto, bien respondido por el meta valenciano. Pero el Celta no tardó en responder. Alfon se queda en Molina con una cuenta deliciosa y, obsesionado por su gran acción, no visualiza nada y vende una pieza defectuosa en el lado rojo.

Se vulve loco el partido en su tramo final. Javi Rodríguez se encuentra en la frontal del área pequeña sin oposición con un balón inconmensurable, pero su disparidad se da inexplicablemente alta. Y en la siguiente parte, Griezmann inventa un centro maravilloso. Julián se despega de su marcador y ataca el balón preciso de los francos con la suela de su bota, inundada de fe, para gustar los tres puntos de Simeone en el minuto 90. Una victoria, tan inmerecida por la propuesta necesaria para disparar el La Liga en los primeros compases del cambio.

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