Tres bronces que podemos ver un poco

“Somos el mejor equipo del mundo y cómo quieren conseguir grandes resultados”, resume a este periódico Javier Hernanz, presidente de la Federación Española de Piragüismo, en el análisis del bot parisino. “Esperamos poder salir con cuatro, cinco o sus medallas.. Tenemos tres y dos cuatro potentes, estamos muy satisfechos con lo que le han dado al equipo.

Como siempre pasa, los datos anteriores que te permitirán servirte por poco. El slalom es una decepción. Llegó con el duodécimo puesto del triple medallista Maialen Chourrauty quien atragantó la segunda puerta de su descenso. A cambio, el suntuoso alcalde de los partidos se asoció al bronce de Pau Echániz, que se había clasificado a los pelos para la final.

En un sprint alcanzaré los nuevos bronces. El primero, el C2 500 de Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez, entra en solitario entre las quinielas más optimistas. En segundo lugar, está presente el K4 de Saúl Craviotto, Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade, incluido un color superior. “Son unos Juegos Olímpicos, sabemos que todo se deciden centésimas y la balanza esta vez no ha caído para nuestro lado en varias ocasiones”, explica Hernanz, que reivindica el mérito del máximo medallista del Olimpismo español. “Saúl tenía una presión increíble para ganar la sexta medalla. Hay que hacia en esta situación y competencia. “Salió ha ganado su prueba y no lo hizo porque Australia y Alemania han organizado la regata de sus vidas”.

Y luego son estos cuatro puntos los que, cada vez más materializados en dos, han cambiado el panorama. “Vamos con el corazón que es duro para los jugadores.. Da pena verlos con esa sadza, sabiendo que tendrán que han estado a lo largo del ciclo en lespodios internacionales et que tendrán que tendrán que esperanzar otros quatre años para volver a intentarlo”.

A la medalla de chocolate de Cooper y Adrián del Río en el K4 500 se unió la de Antía Jácome en el C1 200. La carrera se disputa en París con un resultado que nadie espera. Venía a por las medallas y caminó sin éxito, incluso con dos diplomas después de haber sido sexta también en el C2 500, con María Corbera. “Estoy muy contenta. No puedo sacar el máximo provecho de mí mismo. Hizo una regata muy buena, con uno de mis mejores momentos. No hay más en este cuerpo”, dijo con voz. “Estoy contento por conseguir el podio, pero voy con un poco mejor gusto que en el C2. Por eso somos capaces de María y de tus juntas y de mí dio rabia que las condiciones de hoy no nos impidan jugar en las mismas condiciones que el resto de barcos”.

La pontevedresa lo tuvo incluyéndose más cerca del solitario, paleando siempre en el grupo delantero y con opciones hasta la final. El poder se decide por centésimas. La canadiense Katie Vincent ganó con un nuevo récord mundial: 44,12. La platería la trajo el estadounidense Nevin Harrison, un solista de cien años. Y el bronce fue para la cubana Yarisleidis Cirilo (44:36). Jácome quedó en 44:76. “Las demás no las he podido ver porque iba muy centrada en lo mío. Cuando dijo que no había medalla, pero los canadienses me llevaron al milagro y me dijeron: “¡buen trabajo, Antía!” «. Somos la dos que nos hemos quedado ahí…».

Futuro prometedor

Antía Jácome y Joan Antoni Moreno tienen 24 años; Diego Domínguez y Adrián del Río, 21 años. Nuestros medallistas y los demás se encontraron en el casi. Todas ellas son coherentes con lo que debe ser el presente y futuro de la piratería en España. “Lo que promete, y no es más que motivarnos a seguir mejor”, concluye Hernanz, que también coincide con la asturiana Sara Ouzande y la extrema Carolina García, otras jóvenes componentes del K2 500 femenino y protagonistas de uno de las imágenes más curiosas durante la final B de tu ensayo: “Volcaron porque habían dado todo lo que tenían dentro para luchar por su bandera y por su país”.